El fracaso es algo inherente al ser humano. Todo no nos sale como esperamos siempre, y en la empresa, al ser gestionada por personas nos ocurre lo mismo, fracasamos. Aspiramos al éxito y tememos al fracaso; pero debemos ser conscientes que son estados pasajeros uno y otro. Esto significa que podemos tomar conciencia de nuestro fracaso y saber aprender de él. Gestionar el fracaso es posible. Vamos a conocer cómo.
En primer lugar vamos a ver qué nos dice nuestra Real Academia de la Lengua Española sobre el término fracaso:
Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio.
Tomando la primera definición que se nos ofrece y la más cercana a nuestro tema empresarial, podemos quedarnos de entrada con dos palabras que nos desagradan directamente: malogro (mal logro) y resultado adverso.Tanto la imagen del éxito como la del fracaso está para nosotros llevada a una idealización, un estereotipo y un extremo que realmente no se corresponde con la realidad. No somos fracasados porque fracasemos; fracasamos a veces y a veces tenemos logros, todo es cambiante según el momento.El fracaso y el éxito se miden mal, somos conscientes de ellos cuando aparecen en nuestra vida de manera estrepitosa, y nada es así, para gestionar bien tanto el fracaso como el éxito hay que tener en cuenta el camino, es decir, aprender a valorar el esfuerzo empleado durante nuestra trayectoria.Todos buscamos el ansiado éxito en nuestras vidas y en nuestra empresas. En el entorno empresarial actual la manera de tener éxito es innovando; la innovación supone asumir riesgos y en ellos, asumir que el fracaso puede estar ahí. Tener en cuenta al fracaso como algo que puede suceder, contemplarlo y prepararnos para afrontarlo es fundamental para crecer como empresa. Si no arriesgamos en una empresa, no nos adaptamos, no cambiamos; una empresa que no se adapta muere.Algunas reflexiones que podemos concluir pueden ser:
-El que no arriesga, no se equivoca y si no te equivocas, dificilmente vas a aprender.
-El aprendizaje continuo es la clave del éxito.
-El miedo al fracaso nos frena la creatividad y ese es el peor mal de una empresa.
Como punto de partida para gestionar el fracaso os ofrecemos estas pautas:
-Valora las acciones más allá del resultado final. Analiza el esfuerzo realizado.
-Piensa en el punto en el que estás y conecta con la realidad, a veces nos viene bien unas dosis de humildad.
-No guardes para tí el fracaso, compartelo, expresa tus emociones y sentimientos.
-No te flageles, sigue adelante. Si te culpas, autocompadeces; estás perdiendo el tiempo.
-El fracaso no hace que seas menos digno. No agaches la cabeza.
-Aprende del fracaso. Lo importante es saber aprender y aplicar los conocimientos adquiridos en los próximos retos.
Una ultima reflexión:
Fracasa rápido, barato y aprende de ello.
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